Os presentamos a Alvaro en versión original semirelajada . Dos oidos dos , uno oye música ; el otro, listo para escuchar.
En el Pleistoceno, época en la que nuestros hijos fijan la aparición de sus padres sobre la faz de la Tierra , los artilugios sonoros portátiles eran mas bien escasos en número e inalcanzables en pelas, así que este problema de la doble funcionalidad auditiva no existía.
En la postmodernidad virtual , época en la que nuestros hijos fijan la normalidad histórica , los artilugios sonoros son una necesidad obligada de complementariedad anatómica.
Dos oidos no permiten dos funciones diferentes a la vez : oir y escuchar. El ruido requiere menor elaboración y se cuela antes inundándolo todo. Escuchar requiere esfuerzo ! horror! y se intenta evitar siguiendo la ley del mínimo esfuerzo.
Moraleja : si quieres hablar con ellos sin aparatitos , si quieres que estudien sin aparatitos, si sólo quieres que oigan basta con llevarlos a un buen otorrino.
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